gatos domesticados
Victor Hugo alguna vez señaló que Dios creó al gato para brindar al
hombre el placer de acariciar un tigre. Pero, ¿cuándo fue que los gatos se
dejaron acariciar por primera vez por el humano? ¿Cuándo fueron domesticados y
dejaron de ser réplicas miniatura de los grandes felinos ferales?
La
frase “gato doméstico” es un oxímoron, una contradicción de términos. Pero sí
hay tal cosa como un gato semidoméstico, y los hombres y los gatos han
disfrutado de una relación simbiótica desde hace miles de años. Uno pensaría
que el testimonio arqueológico podría responder rápidamente a la pregunta de
cuándo fueron domesticados los gatos salvajes, pero estos son tan parecidos a
los gatos domésticos que la cuestión se complica.
Los más
recientes hallazgos, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences, dicen que los gatos han sido
nuestros compañeros desde hace al menos 9 mil años. Todos los gatos
(semi)domésticos, apuntan los autores, descienden de un gato salvaje del Medio
Oriente: el Felis silvestris, que
literalmente significa “gato del bosque”. Los gatos fueron domesticados por
primera vez en el Oriente Próximo.
Lo más probable es que los humanos acogieron a los gatos porque estos
controlaban a los roedores que consumían sus cosechas de grano”, apunta Wesley Warren de la Universidad de Washington. Era una
relación fructífera para las dos partes: los humanos se deshacían de la plaga
de roedores y los gatos se daban un festín con ellos. Pero los investigadores
creen que los gatos más bien se domesticaron a sí mismos. Se “invitaron a
pasar” y, con el tiempo, mientras la personas los favorecían con premios más
dóciles, caricias y alimento, algunos gatos se adaptaron a este nuevo ambiente
y produjeron las docenas de las razas de gatos domésticos que conocemos hoy.
Los
egipcios los veneraban tanto que incluso implantaron la pena de muerte a quien
matara un gato, y los gatos también eran momificados antes de enterrarse. Se
cree que los gatos de pelo corto se esparcieron desde Egipto y los de pelo largo desde Turquía e
Irán. Otras civilizaciones antiguas comenzaron a domesticar al gato y lo
llevaron a Italia, donde lentamente la especie se esparció por toda Europa
hasta que eventualmente llegó al Nuevo Mundo junto con los peregrinos.
Y
excepto por un corto período de persecución en la Edad Media, cuando los gatos
fueron asociados con el Demonio y quemados por cientos en la famosa "noche
de San Juan", para el siglo XVIII se habían vuelto mascotas populares en
hogares de todo el planeta. Y hoy, sobra decir, son protagonistas de la extraña
historia que compartimos con Internet, y su adorable enigma se
extiende como sucede con todo objeto del deseo que nos hace sus vasallos
No hay comentarios:
Publicar un comentario